Fuego en la isla de hielo. Groenlandia está sufriendo un incendio desde hace varias semanas, los satélites han detectado las llamas, que ya han quemado casi 2.000 hectáreas. El calentamiento global podría estar detrás de los ingredientes que han provocado el fuego.

"Tenemos más vegetación, más aumento de la temperatura, 11 grados por encima de la media se han registrado en esta zona, hay menos hielo y, por tanto, se están produciendo de una forma más frecuente estos incendios", explica Pilar Marcos, portavoz de 'Greenpeace España'.

Las altas temperaturas en el Ártico, están derritiendo el permafrost, el suelo congelado que encierra desde bacterias hasta gases como CO2 y metano. "Cuando llega el verano y se descongela la primera capa superficial el permafrost, lo que queda de suela está congelado, por lo que no debería producirse ningún tipo de incendio. Esto significa es que ese permafrost está desapareciendo", añade Carlos Arteaga, profesor de Geografía de la Universidad Autónoma de Madrid e investigador del grupo 'GeoHumedal'.

Los expertos creen que el incendio no se apagará hasta finales de septiembre, cuando la nieve y el frío vuelvan a la isla. En el Polo Norte se están dando más síntomas del cambio climático. Este verano un buque ruso ha conseguido cruzar el Ártico en el menor tiempo registrado hasta el momento: seis días y medio.

"Se está disminuyendo en el Ártico el grosor de ese hielo, hasta un 40%, por tanto los buques pueden pasar por zonas que antes no eran transitables", apunta Marcos. El deshielo puede cambiar la ruta actual entre Europa y Asia. Los buques dejarían el paso del canal de Suez, con peaje y 22.000 mil kilómetros de recorrido, por el paso del noreste, un atajo a través del Ártico, libre de peajes y con 7 mil km menos de distancia.

"Existen unas tensiones internacionales de las que se hablan más bien poco, para ver quien va a gestionar el tráfico futuro", declara Arteaga. Unas tensiones por controlar la tierra de hielo y fuego.