El futuro de las grandes misiones de exploración espacial depende de algo tan primitivo como los cultivos. La película 'Marte', de Ridley Scott, ya nos planteaba una de las preocupaciones actuales de los científicos espaciales. "Debo descubrir cómo cultivar alimento para cuatro años en un planeta donde no crece nada", decía Matt Damon en la película.

Y de ello se encarga, entre otros, Javier Medina, uno de los directores del proyecto Seedling Growth-3, una misión de la NASA y la agencia espacial europea que pretende lograr un método fiable para que las plantas crezcan sin gravedad, algo que hace unos años parecía imposible. "Las plantas deben inexorablemente acompañar al ser humano como fuente de soporte vital para proveerle oxígeno, para proveerle nutrición", comenta Javier Medina, director europeo del proyecto 'Seedling Growth-3'.

En la teoría, sin gravedad, las raíces de una planta no siempre crecen hacia abajo, se despistan y pierden su rumbo. Pero la realidad es que hace dos años una famosa lechuga espacial demostró que se podía comer algo que había crecido sin gravedad. "Las plantas crecen con la raíz hacia abajo y el tallo hacia arriba y esos son conceptos que vienen dados por la asistencia de la gravedad, por lo cual, si quitamos la gravedad perturbamos muy seriamente el crecimiento de las plantas", afirma Javier Medina.

Ahora, la nueva misión pretende mandar unas cajitas para experimentar con la luz como método para guiar el crecimiento de las plantas. "Y ese papel de la luz en el direccionamiento de la raíz es un resultado muy interesante que se ha conseguido ya en fases anteriores de este proyecto", dice Medina. Si los diferentes tipos de luz logran un sistema seguro para que las plantas crezcan sin gravedad habremos dado un gran paso en la colonización espacial.