Se mezclan determinados compuestos, se remueven, se secan y queda un material poroso bautizado como 'MOF'. Para su impulsor, un químico estadounidense, es como una esponja cristalina a escala molecular. Pero ¿cuál es la novedad? Con un kilo de este material, se podrían conseguir casi tres litros de agua potable al ponerlo en contacto solo con el aire. Felipe Gándara trabajó varios años en este proyecto.

"Son un tipo de materiales que tienen una estructura con poros capaces de absorber partículas de agua que están presentes en la atmósfera de manera natural", cuenta Felipe, investigador del centro Ramón y Cajal en ICMM-CSIC. Con este dispositivo, entra el aire por la noche y el 'MOF' atrapa las partículas de agua. Más tarde, el sol calienta la estructura hasta que el vapor de agua se condensa en agua líquida. Toda una revolución, según prometen, contra las sequías.

"Tiene el potencial de producir agua en zonas secas del mundo, y también de purificar agua en zonas donde pueda estar contaminada", afirma su impulsor, Omar Yagui. En cinco años podríamos tener en el mercado el primer dispositivo para paliar la escasez de agua, un grave problema que sufre un tercio de la población mundial.