En total, en España hay en marcha 800 ensayos clínicos. En Barcelona testan la eficacia y la seguridad de un fármaco para combatir la esclerosis múltiple. Adolfo Benítez participa en él y explica que llegó con un bastón y ahora no lo usa. Es uno de los 24 voluntarios que participan en el estudio, sabe que el ensayo entraña riesgos, pero para él son más importantes los beneficios terapéuticos.

Antes de que el fármaco salga al mercado tiene que superar cuatro fases de experimentación en humanos. La primera fase se realiza con personas sanas que, a cambio de someterse a la prueba, obtienen un beneficio económico. Pueden llegar a cobrar hasta 4.000 euros. En la segunda y la tercera fase participan pacientes que padecen la enfermedad. La última fase testa el fármaco después de haber sido comercializado. 

Xabier Montalbán, responsable de esclerosis múltiple del hospital Vall d'Hebrón declara que "hay un comité de expertos que realiza el protocolo, identifica los beneficios, los riesgos... cualquier pista que indique hay una toxicidad no deseada del medicamento".

Bartolomé Camacho sufre hepatitis C y desde septiembre participa en un ensayo clínico en un hospital de Madrid. "Sirve para tener una información más completa de cómo son los efectos secundarios. Yo negativicé desde el primer mes", explica.

Antes de testar los medicamentos en humanos, se prueban en los laboratorios en animales. Los especialistas aseguran que no hay mucho margen para la sorpresa y consideran excepcional el ensayo fallido que ha acabado con una persona muerta en Francia.