El científico británico anunció en abril el proyecto 'Breaktrhough Starshot' con el que pretendía construir una nanonave espacial con la que llegar al sistema solar más cercano a la Tierra, Alpha Centauri, tras un viaje de 20 años. Para ello, contaba con un equipo del Instituto de Ciencia y Tecnología de Corea.

"El límite al que nos enfrentamos ahora es el gran vacío existente entre nosotros y las estrellas", dijo Hawking en abril. "Pero ahora podemos trascenderlo. Con haces de luz y la nave espacial más ligera jamás construida podremos emprender misiones a Alpha Centauri en una generación", añadió.

Dicho artefacto se llamaría 'Starchip' y sólo presentaba entonces un problema: debía aguantar intacto los 20 años que dura el viaje que debe realizar. En este punto, la NASA entra en juego. De acuerdo con las investigaciones, la radiación espacial podría hacer que la nave dejara funcionar mucho antes de que terminase la travesía.

De acuerdo con lo publicado por el diario 'Independent', el organismo ha presentado varias alternativas con las que paliar este problema. En primer lugar, se podría que ajustar el vuelo para evitar las áreas de alta radiación del espacio, pero esto podría sumar muchos años al viaje y no tendría por qué proteger al aparato.

Una segunda opción es que el artefacto sea construido con protecciones en las zonas electrónicas, pero estas protecciones sumarían peso y tamaño a la nave y, por lo tanto, reducirían su velocidad. Finalmente, también cabe la posibilidad de que el 'Starchip' sea hecho con silicona, de modo que se repare automáticamente a sí mismo.

Sin embargo, todas estas opciones son aún teoría y los investigadores tienen aún mucho trabajo por delante para lograr que finalmente este viaje interestelar tenga lugar.