Los alrededores del Parque Nacional de Doñana son una zona de obras desde que la empresa Gas Natural Fenosa está extrayendo las reservas de gas que hay en el subsuelo al mismo tiempo que crea un almacén subterráneo para este recurso.

Un proyecto que los ecologistas consideran dañino para este paraje natural, y "los efectos son cada vez más visibles", según explica el portavoz de la plataforma Salvemos Doñana, Antonio Malagón.

Aunque hace ya 30 años que Gas natural realiza estos trabajos, los ecologistas creen que ahora hay un peligro real, porque "nunca se han realizado estas tareas dañinas con tanta intensidad".

Activistas de Greenpeace se han encadenado a la entrada de las instalaciones y a la maquinaria para pedir a la Administración que intervenga para salvar Doñana. Por su parte, Gas Natural Fenosa defiende su proyecto en la zona asegurando que "desde hace 30 años no se ha encontrado ninguna afección derivada de nuestras actividades".

Además del gas, la falta de agua también amenaza a Doñana, porque el calentamiento global está cambiando el régimen de lluvias que llegan al humedal. Un paraíso natural que si no se protege podría entrar en la lista negra de la UNESCO.