"Lo que vemos en la isla de Henderson demuestra que ningún lugar del mundo escapa a la contaminación por plástico, ni siquiera los lugares más alejados en los océanos", explica Jennifer Lavers, científica de la Universidad de Tasmania para el instituto de estudios marinos y antárticas.

La isla se encuentra cerca de lo que se conoce Giro del Pacífico sur, un ciclón gigante que acumula deshechos transportados por corrientes marinas y que provienen de barcos de América del Sur.

La mayor parte de desperdicios que cubren la isla son envases de plástico, boyas de pescar, redes, cepillos de dientes, y gran se trata de objetos sin identificar.

"Lo que vemos en la isla de Henderson demuestra que ningún lugar del mundo escapa a la contaminación por plástico, ni siquiera los lugares más alejados en los océanos", según Jennifer Lavers, de la Universidad de Tasmania para el instituto de estudios marinos y antárticas.

El 25% de las especies marinas y algunas aves comen plástico en algún momento: "Si uno come un pescado con estos tejidos contaminados, en realidad está comiendo su propia basura".

Los científicos del estudio han calculado que más de 300 millones de toneladas de plástico se produjeron en 2014 en todo el mundo, mientras que en la década de 1950 la producción mundial no llegaba ni siquiera a los dos millones de toneladas.

"Para mí, la contaminación debido al plástico es el nuevo cambio climático, por eso me gustaría que no se cometieran los mismos errores... no hay que esperar más ciencia. No hay que debatirlo más. La tasa de plástico en nuestros océanos es absolutamente preocupante, y tenemos que hacer algo ahora", concluyó Lavers.