Unos investigadores españoles han descubierto el talón de Aquiles de las células tumorales del cáncer de mama. Según su estudio, estas células no sólo se alimentan de glucosa, como se sabía hasta ahora, sino que también necesitan importar grasas del exterior para poder proliferar.

Hasta el momento sólo se ha probado en modelos animales y en células tumorales de más de 500 pacientes. En estos ensayos, estos científicos han conseguido demostrar que bloqueando la actividad de la proteína que capta estas grasas el tumor deja de crecer. Según los investigadores, esta proteína no es indispensable para la vida, por lo que su inhibición generaría menos efectos adversos que otros tratamientos.

Un hallazgo que refuerza la relación entre alimentación y cáncer. Por eso los médicos recomiendan seguir una dieta moderada en grasas. Convertir este descubrimiento en un fármaco, aseguran, llevará mucho tiempo y dinero. Pero, de prosperar, podríamos estar ante una quimioterapia más eficaz y menos tóxica que las actualmente disponibles.