Los cometas similares al 67P/Churyumov-Gerasimenko trajeron a la Tierra moléculas orgánicas muy complejas como la acetamida, la acetona, el propanal y el metilo que contribuyeron a que se creara la vida.

Este es uno de los principales descubrimientos científicos de la misión Rosetta que la Agencia Espacial Europea (ESA) ha presentado en su centro de control de operaciones en Darmstadt, cerca de Fráncfort. La misión finaliza con su descenso controlado sobre una región de fosas activas en la "cabeza" del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.

Rosetta se encuentra ahora a 600 millones de kilómetros del Sol y por eso ya no va a recibir energía solar suficiente para seguir en funcionamiento. Más o menos la misma distancia a la que se encontraba en enero de 2014 cuando la ESA la desconectó y entró en una especie de hibernación.

"Es muy improbable que el agua de la Tierra viniera de cometas similares a 67P/Churyumov-Gerasimenko" porque la proporción de agua pesada en el cometa es muy elevada, unas tres veces superior a la de la Tierra, dijo Schwehm. Es posible que fueran los asteroides los que trajeron el agua en gran parte a la Tierra, según el científico alemán.

Fue una sorpresa para los científicos encontrar en el cometa 67P oxígeno en estado muy puro, normalmente no se encuentra así porque es un elemento muy reactivo y se mezcla fácilmente con otros elementos. Esto significa que el oxígeno estaba en el cometa al comienzo del Sistema Solar, hace 4.600 millones de años.

El cometa es muy poroso y tiene una densidad muy baja, de unos 0,5 gramos por centímetro cúbico, por lo que flotaría en el agua como un corcho, según Schwehm.