“Estas máquinas sustituyen a los electrodoméstico allí donde no hay energía eléctrica”, afirma José María, comisario de la exposición ‘Ideas que cambian vidas’. Más de 1.500 millones de personas no tienen acceso a electricidad. Uno de los inventos es una máquina permite limpiar la ropa con sólo el impulso de los pies.

José María cuenta que estos inventos “no son tecnológicamente muy atractivos ni son lo último pero las personas son más importantes que los inventos”. Unas botellas con agua y lejía son suficientes para llevar luz a las chabolas de Manila o un invento para ayudar a las mujeres africanas a transportar agua.

Son aparentemente simples pero imprescindibles, como es el caso de una incubadora portátil que mantiene la temperatura de bebés prematuros sin electricidad. Ha sido diseñada por un grupo de estudiantes norteamericanos. Uno de ellos afirma que “las incubadoras son muy caras y necesitan electricidad, por lo que muchos bebés prematuros mueren”.

Unos ocho millones de bebés prematuros mueren al año por hipotermia. Con esta incubadora de 25 dólares pretenden salvar su vida. Sin embargo, se trata de una excepción ya que casi todos los recursos para investigación se dirigen a satisfacer al 10% de la población más rica.

José María explica que “el mercado busca un beneficio y, por tanto, invierte allí donde va a obtener un retorno”. Si el hombre ha llegado a la luna, quizás tampoco esté tan lejos de erradicar el hambre o la sed. Sólo hace falta que preste atención al otro 90%.