El Consejo de Ministros ha aprobado el Real Decreto que desarrolla y amplía el marco normativo para el uso de aeronaves pilotadas por control remoto, conocidas como 'drones', que permitirá su utilización en entornos donde hasta ahora no era posible como el sobrevuelo en inmediaciones de edificios, poblaciones y reuniones de personas al aire libre y en vuelos nocturnos, para adaptar su regulación al emergente crecimiento del sector.

Los profesionales podrán volar sobre poblaciones, personas, en espacio aéreo controlado y de noche, tras presentar un estudio de seguridad y con autorización previa de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).

También se permiten operaciones en espacio aéreo controlado, aunque en este caso, se precisarán requisitos de formación del personal y de los equipos, así como un estudio aeronáutico de seguridad coordinado con el proveedor de servicios de tránsito aéreo y la previa autorización de la AESA.

La nueva regulación aprobada permite una operativa más extensa y flexible, garantizando "siempre la seguridad de las operaciones" e "impulsando así el crecimiento de un segmento emergente, íntimamente ligado al desarrollo y a la innovación tecnológica", según Fomento.

El nuevo marco contiene medidas relativas al uso recreativo de los 'drones' y establece una serie de limitaciones con el objetivo de garantizar la seguridad del espacio aéreo y de la ciudadanía. Durante el primer trimestre de 2018, Fomento complementará el nuevo marco con la publicación del 'Plan Estratégico de Drones', que permitirá definir de forma transversal los ejes y las líneas de actuación para potenciar al máximo este segmento de la industria en España.

Casi 3.000 operadores, 3.693 pilotos y 4.283 'drones' están registrados en España, según datos de la AESA, que ponen de manifiesto la creciente relevancia de esta actividad. Además, existen 74 escuelas de formación y una veintena de fabricantes en nuestro país que se dedican a este segmento.

La tecnología que se aplica a los 'drones' de uso civil podría sumar unos 15.000 millones al año. Bruselas calcula que esta industria podría crear unos 150.000 empleos en la UE de aquí a 2050.