Leire y María tienen siete y once años, las dos tienen miopía de progresión rápida. "Se acercaban mucho a la televisión, en el colegio se acercaban mucho", explica su padre. Aunque las dos la heredaron con sólo tres y cinco años, el uso de pantallas de móvil, tablets y ordenadores a esta temprana puede degenerar en miopía magra, la miopía de más alto nivel.

"Un niño que empieza con tres o cuatro años se da un miope magno patológico que puede traer muchas más complicaciones, muchos problemas visuales graves que puedan llevar a la ceguera", detalla la doctora Elena Jarrín. Problemas que en los últimos años han aumentado en gran medida porque la mayoría de los niños empiezan a utilizar las tecnologías antes de cumplir su primer año de vida.

"Desgraciadamente ya hay niños de dos o tres años que tenemos que seguir muy de cerca", destaca Jarrín. Por eso, los menores de dos años no deberían exponerse a las pantallas y, para el resto, lo apropiado sería un máximo de dos horas. Es una recomendación para no perjudicar al desarrollo del ojo.

"Cuando miramos de cerca el ojo se pone miope. Mantener miope un ojo mucho tiempo hace que el ojo se relaje y que se vaya manteniendo miope, y más en un niño, que tiene un ojo muy flexible", recalca la doctora. Para evitarlo, mirar de vez en cuando de lejos, poner una buena iluminación y mantenerse a una distancia prudente de las tecnologías, son algunos, pero no todos los consejos que proponen los expertos.