El investigador Javier del Campo declaró que "Los ecólogos tenemos que plantearnos seriamente el papel que juega el esperma como fuente de nutrientes en la red trófica, especialmente en periodos en que los gametos son liberados al medio en cantidades ingentes".

Los resultados del estudio también ha identificado un nuevo grupo de urocordatos, unos animales que normalmente están fijados en el fondo marino y que acostumbran a confundirse con las anémonas. La investigación se enmarca dentro del proyecto europeo BioMarks, que tiene la finalidad de estudiar la diversidad de los organismos unicelulares eucariotas.

En el marco del proyecto, se han muestreado columnas de agua y sedimentos de ambientes con oxígeno y sin oxígeno, en seis puntos de Europa, dos de ellos en España. Las muestras se filtraron con el objetivo de separar los microorganismos en función de la medida, y a continuación se extrajo el material genético, que se secuenció.

En todas las muestras se encontraron grandes cantidades del gen 18S, omnipresente en las celulas eucariotas y que normalmente se utiliza para identificarlas como si fuese un código de barras, y observaron que una gran parte pertenecía a organismos no identificados.

El hallazgo confirma que pese a haber más de un millón y medio de especies animales descritas, se calcula que existen, como mínimo, ocho millones y medio sin identificar, lo que para el investigador Iñaki Ruiz-Trillo evidencia que "queda mucho trabajo por hacer para entender la diversidad animal marina".

Los investigadores observaron, además, un elevado porcentaje de material genético en la fracción filtrada más pequeña, que, teniendo en cuenta que algunos gametos animales son pequeños, lo más probable es que proceda del esperma de algunos metazoos con fecundación externa, sobre todo ctenóforos y cnidarios.