El glifosato es como el caballo de Atila: Donde pisa, no crece la hierba. Y si crece lo hace con este aspecto. Es el herbicida más utilizado en España. También lo usa Pepe en sus naranjos de Paterna. "No es relativamente caro y es muy eficaz. Las malas hierbas resistentes las elimina muy bien”, ha señalado Pepe Barres, agricultor de Paterna y portavoz de Ava-Asaja.

Es eficaz y barato, pero el rey de los "hunos" es el villano de los otros. En este caso, de los ecologistas."Hay muchos estudios que demuestran que es toxico para el medio ambiente y perjudicial para las personas. Está clasificado como probable carcinógeno, ósea, que provoca cáncer", afirma Paco Segura, miembro de Ecologistas en Acción.

Lamentan que la Unión Europea, con el apoyo de 18 de sus países miembros, entre ellos España, haya renovado el uso de este herbicida hasta 2022. Creen que ante la salud, ha primado el interés económico: su venta genera mil millones de euros al año a la industria química.

"Los impactos sobre la salud del glifosato están bien documentados. Hay otros informes, financiados por la empresa Monsanto, que hablan de su inocuidad. Pero realmente son informes de partes", explica Juan López de Uralde, portavox de Equo. Porque el glifosato, además de en cultivos, se usa para matar las hierbas de carreteras, parques o vías, tal y como hacen desde un tren en Teixeiro.

Los agricultores niegan que sea cancerígeno. "Y lo dice, una vez más, la agencia europea de seguridad alimentaria", recalca Ricardo Serra, presidente de ASAJA Andalucía. Y lamentan que la Unión Europea solo haya ampliado a cinco años su uso. Porque no pueden vivir sin glifosato. ¿O sí?