Menchu y su hijo Álvaro leen juntos un cuento. No pasaría de ser una escena cotidiana si no fuera porque no es un cuento cualquiera. Está hecho con pictogramas, especialmente pensado para niños con autismo.

Míriam Reyes, fundadora de ‘Aprendices visuales’, asegura que es estos libros,  "cada palabra va a ir acompañada de una imagen porque los niños con autismo son aprendices visuales". Eso significa que "entienden mejor la ruta visual que la ruta auditiva", añade.

Las más de 15.000 descargas de su primer cuento avalan el interés de ‘Aprendices visuales’,  un proyecto de expendeduría social con premios internacionales que pretende sensibilizar sobre el autismo.