Con todo, Zuckerberg insiste en destacar a su compañía como un baluarte contra el creciente aislamiento en el mundo. Lo ha vuelto a hacer en una carta dirigida a los usuarios de una plataforma -Facebook- a la que ve con posibilidades de convertirse en la "infraestructura social" del mundo.

En un manifiesto de 5.700 palabras, el fundador de la red social más grande del mundo no hizo otra cosa que divagar sobre el futuro de su producto estrella. Apenas ofreció detalles concretos sobre su estrategia a seguir e incluso se perdió en un barrido filosófico a priori inusual para un magnate de negocios.

"En todo el mundo hay personas a las que se deja atrás por la globalización y otros movimientos para retirarse de la conexión global", escribió Zuckerberg, sin nombrar movimientos específicos.

Pero el propio Zuckerberg lanza una pregunta al aire: "¿El camino que hay que seguir es conectar más o invertir el rumbo?" La cuestión deja entrever las dudas del CEO, de 32 años. Mantener el crecimiento de la compañía se antoja obligatorio -Zuckerberg lo tiene clarísimo- pero a qué precio.

No debe ser fácil administrar una comunidad que previsiblemente alcanzará los 2.000 millones de usuarios en 2017. Zuckerberg insiste en que Facebook puede ir mucho más allá de sus raíces como una red para que amigos y familiares se comuniquen. Y se implica además en el compromiso cívico y el fortalecimiento de instituciones tracionales desde la propia red social.

Su carta no deja de ser una velada declaración de intenciones. A Zuckerberg le rodea la presión por controlar más de cerca el impacto de las falsas noticias y contenidos controvertidos en su red social. A Facebook le avala un crecimiento económico del 54% en 2016 (27,6 millones de dólares en ingresos), pero las preocupaciones del CEO de la compañía se centran en la reputación de su marca.

A Zuckerberg le faltó detalle en su carta. Dibuja tímidamente las líneas estratégicas de la compañía y su preocupación por mejorar la experiencia del usuario, pero no concreta. La intención es trabajar en la creación y promoción de contenidos que conecten mejor a las personas pero no sabemos cómo. Rumores hay: producción de vídeo propio, promoción de contenidos más reposados, penalización por informaciones falsas o dudosas... Sólo queda saber cuándo se materializarán los cambios (los que sean) de la red social que tiene la tecla de la audiencia en Internet.