Sergio Canavero, cirujano, explica con dos plátanos cómo va a conseguir que su trasplante de cabeza funcione. Uno de los retos es no dañar los nervios al separar la cabeza del paciente del cuerpo.

Dice que en dos años y con la ayuda de otros 100 doctores será capaz de realizar esta operación. El siguiente paso es unirla al nuevo cuerpo sano, y sería gracias al polietilenglicol, un polímero que según Canavero es capaz de ensamblar la médula espinal.

Sin embargo, para otros doctores esto es ciencia ficción. José Mir, cirujano y profesor de la Universidad de Valencia piensa que "ya se habría hecho con los tetrapléjicos, se ha intentado con células madre y nada".

36 horas de operación, un mes en coma de recuperación y varios meses previos de trabajo en una máquina virtual para que el paciente vaya adaptándose psicológicamente a su nuevo cuerpo.

Asegura que tiene varios voluntarios, entre los que están pacientes con distrofia muscular, tetrapléjicos e incluso transexuales, aunque para su primera operación optará  por un paciente con cáncer según comenta.

Una operación que ni siquiera se ha realizado con éxito en animales, aunque sí se ha intentado con perros y monos. El doctor White trasplantó la cabeza de un simio en el cuerpo de otro y consiguió que respirara y comiera, aunque no pudo moverse y murió días después.