El proyecto del 'puente sumergido', que se ha hecho público a través de la Administración Noruega de Carreteras Públicas (NPRA), consiste en construir grandes tubos suspendidos a 100 metros bajo el agua. Cada uno de ellos será lo suficientemente ancho como para que se construyan dos carriles. El túnel será sujetado fuertemente gracias a flotadores diseñados para soportar el peso del túnel y los vehículos.

La idea está diseñada para ayudar a viajeros en los traslados a través de los fiordos de todo el país. Actualmente la única forma de moverse entre las calas es cogiendo varios ferris. La razón por la que no se opta por un puente normal es la dificultad del terreno en la región escandinava. Las condiciones la tierra en esta zona son inadecuadas para la construcción de un puente tradicional.

Otra opción también es construir un puente flotante o un puente en suspensión, sin embargo, estos diseños son bastantes susceptibles al daño ocasionado por el mal tiempo que suele hacer en esta región. Noruega ha anunciado que invertirá en este proyecto alrededor de 25 billones de dólares que se espera que esté listo para 2035.

Los ingenieros aún tienen que analizar muchas cosas tales como la fuerza del viento, las olas y la afluencia de barcos, lo cual podría afectar la estructura. Además, no hay precedentes de alguna construcción de este tipo, por lo que supone todo un reto para los ingenieros.