Rondaban las 17:30h de la tarde cuando un joven comenzó a disparar, de manera indiscriminada, contra los transeúntes cercanos a la puerta de un restaurante de comida rápida de Múnich. "Estaba en mi balcón y de repente escuché disparos. Miré al restaurante y vi cómo alguien estaba disparando contra la multitud. Había 2 personas en el suelo", explica un testigo. "Fue horrible porque al lado de nuestro piso había una mujer llena de sangre...Era horrible...Me quedé sin palabras", añade otro.

Minutos después, el autor de los hechos se dirige al Centro Comercial Olympia, que dista sólo unos metros. Allí, continúa su ataque. Cerca del lugar, un festival de música reunía a cerca de 7.000 personas que, ajenas, disfrutaban de un concierto. César, un español que se encontraba en el evento, explica que los asistentes decidieron "cerrar todo y evacuar" para avisar a sus allegados. "Con toda la gente que había en el concierto, se podría haber liado mucho más de lo que se lió", asegura.

Varios testigos grabaron a una persona que, vestida de negro, permanecía en la azotea del edificio. Mientras tanto, sobre las 18:00h, la Policía decide acordonar la zona y, 20 minutos más tarde, irrumpe en el centro comercial, de donde empieza a evacuar a las personas que permanecen en el interior. Debido a que en estos momentos aún se desconoce el número de atacantes, así como su localización y el móvil de los acontecimientos, las autoridades decretan el estado de excepción en Múnich. Se cerró el tráfico en áreas del norte de la ciudad y se canceló el transporte público.

Más tarde, la Policía encuentra un cadáver a un kilómetro de distancia del lugar de los hechos y empieza a sospechar que el atacante se ha suicidado. Más tarde, el jefe de Policía de Múnich confirma esta teoría. Las autoridades confirman la muerte de 10 personas, entre ellos el asaltante, y 27 heridos, de los que tres se encuentran en una situación grave de salud.