Han pasado 40 años de lucha. La primera manifestación LGTBI se celebraba sin autorización en Barcelona. Corría el año 1977. "Sentía mucho miedo, pero intentaba disimular", cuenta José Romero, que grabó la primera de estas movilizaciones en España. Personas homosexuales, trans, feministas, comunistas y prostitutas estaban unidas por una reivindicación.

"Pedíamos la derogación de la ley de peligrosidad social, amnistía y otra serie de cosas que salían en las pancartas", recuerda José. Dos años después de la muerte de Franco, la sociedad abría su mente. "Yo creo que esta ley en nuestros días no tiene motivo de existir", contaba un joven que asistió a la protesta. Pero no eran los jóvenes los únicos que se unían a la causa: "Una persona que trabaja y se gana la vida honradamente no tiene que ir escondiéndose como un ladrón".

La primera manifestación legal ocurría en Madrid en el 78. Ramón Linaza, organizador de la primera manifestación LGTBI en Madrid, firmó la petición de autorización para aquella movilización. "Era una manifestación divertidísima en la que había una enorme diversidad", relata.

Una diversidad que se gestaba en los Frentes de Liberación Homosexual. Era el germen del activismo LGTBI en España. "Éramos conscientes de que estábamos escribiendo la historia", afirma Ramón. Precisamente, en una de las imágenes de la manifestación cedidas por José ya se denunciaba esa falta de cambio: "Es un ejemplo para una sociedad que, a pesar de unas elecciones, no ha ganado todavía el derecho a ser verdaderamente libre".

Una historia apasionante que se escribía a un ritmo frenético y con dos sentimientos: el miedo y la ilusión. "En aquellos años lograron meternos un represor dentro del cuerpo: con el miedo, con la vergüenza social. Pero lo importante era que se hiciera, que nos vieran. Lo importante era dar la cara", refleja Francisco Prada, organizador de la manifestación LGTBI en 1981.

En ese año se empezó a celebrar la orientación sexual: ser LGTB empezó a ser motivo de orgullo. "La llamábamos fiesta de, desde, por y para la libertad sexual. Pero para el Gobierno tuvimos que poner 'fiesta cultural'. Pagamos 75 pesetas", señala Francisco. 40 años después, ninguno imaginaba el matrimonio igualitario, nadie pensaba en una ley LGTBI de igualdad. Pero la lucha sigue, y les avalan 40 años que son, motivo de Orgullo.