Para algunos, la Navidad empieza con los villancicos, el árbol, las luces o los regalos. Sin embargo, la realidad es que, para muchos españoles, la Navidad comienza con el sonido del sorteo de la lotería. El 22 de diciembre es día de ilusiones y de supersticiones, como frotar el billete por el lomo de un gato negro, por el vientre de una mujer embarazada, por la cabeza de un calvo o por la espalda de un jorobado.

Cada uno con su superstición para ganar. También los hay que son fieles al mismo número, que compran todo décimo que cae en su manos o los que viajan por toda la geografía española y aguantan horas y horas de cola en busca de la suerte. Los españoles cada año nos gastamos más en lotería de Navidad y, aunque no todos, siete de cada diez sí que la compartimos; casi todos con amigos. Aunque si nos toca lo primero en lo que pensamos es en la familia. Si este año nos quedamos otra vez con las ganas, a probar suerte el que viene, que ya lo dice el anuncio: "Hay algo que los humanos no entendéis, ya nacéis con suerte".